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ROCK LEGAL:

El rock se desviste de censura para sonar mal

por Redacción ZAFRA

Al discurso de cierre de Serrano, que fue desde "este tipo de música" hasta terminar con un "viva el rocanrol" (desde un Micki Vainilla a un Pomelo) se lo puede tomar como muestra de algo al menos novedoso. Habla de un proceso evolutivo, como el de la calidad del sonido a lo largo de las bandas. De menor a mayor. De muy malo a maso menos. Lentamente pero evidente. La promesa de un próximo Lunas Rock y además un Lunas Cumbia/Cuarteto marca una agenda festivalera. La imperante auto gestión del rock siempre termina víctima de algún impedimento. La policía, la municipalidad, las bandas, la gente del rock local o esos chicos especiales tienen que ponerse de acuerdo si de verdad tienen intenciones de impulsar la cultura musical. "El rock es un rubro que está por debajo del alcance y la aceptación masiva como el caso del folclore y la cumbia, y mucho más en un lugar como Ledesma " (el corazón de las yungas), dijo el legendario guitarrista Lewis de Suburbanos sobre el escenario. Por ahí va un poco la importancia de este viernes 13 pasado.

Partiendo desde que es la primera vez que todas las bandas cobran por tocar se puede hablar de novedad. Novedad en referencia a la equidad de distribución de los fondos culturales municipales. Equidad como entidad ausente en las versiones anteriores. Pero solo equidad en ese sentido. Todo esto es consecuencia de un debate instalado previamente, primero por los mismos músicos que en algún momento fueron perjudicados por las equidades ausentes y segundo por casi ningun medio local. Debate como una manera prolija de decirlo. Los músicos marcaron barreras entre ellos como si fueran parte de algo distinto cuando en realidad es todo lo contrario. Subidas de tono y a veces no tanto, estas discusiones en las redes sociales marcaron la cancha para generar un festival de rock, hip hop y rap. Defectuoso desde la producción y organización pero con un alcance insospechado. La familia de las yungas demostró una vez más que entre todos se puede. La solidaridad para con los hermanos de Volcán le dio otro tono a la multitud presente. Multitud jamás vista para un escenario por fuera del folclore.  

 

El Rock de las Yungas:

 

Comulgaron como nunca antes todas las tribus del under local. Under porque es rock. Porque la vienen remando en alquitrán con hisopos para auto gestionarse. Remando con hisopos porque siempre pasa algo que suspende un show o falta una habilitación de un local. El rock necesita otro tipo de apoyo además de este escenario nuevo una vez al año por un par de monedas. Necesita que la policía no suspenda un Parche Fest 2, que los dejen vender entradas, que los dejen producir ganancias, que modifiquen las políticas de habilitación para que se generen más espacios donde se pueda tocar en vivo, que bajen un cambio con los prejuicios del rock porque no hace falta recordarlo pero, borrachos y drogadictos hay en la música en general y no solo en el rubro más castigado. Que habiliten el escenario de la plaza central, que ese mismo viernes estaba ocupado por una banda cordobesa mientras sucedía el rock local donde una disputa entre bandas mató de un balazo a un niño de 8 años. Uno puede pensar y leer que prefieren tener cuarteto en el centro y al rock un poco mas lejos. Ojala que no sea así, sino estarían levantando la bandera de una cultura de otros o derivando fondos a artistas foráneos. Debe ser más barato contratar cordobeses que pagar mejor a los músicos locales. Lo dijo Lucho Torres de Animales de Marte: "las cuerdas no se pagan solas, los equipos no se compran solos, las horas de ensayo ocupan la vida de los artistas". No se puede pretender hacerlos tocar por amor al arte. Pedile a un municipal que te trabaje gratis y escucha bien su respuesta.

Esta situación que viene desde el principio de los tiempos lo único que genera es hostilidad de parte del mundo del rock hacia el sistema. Sistema que tiene nombre, apellido y color por periodos. Hoy por hoy el sistema en cuestión es el gabinete de cultura elegido por el Intendente Oscar Jayat que tambien estuvo presente en el lugar.

La mayoría de las bandas tocaron canciones propias. Dato que no se debe pasar por alto. Lo que pasa es que está escondido por todo lo enunciado anteriormente. Los chicos cuentan sus historias, sus experiencias, hablan de lugares que conocemos todos, hablan de estas tierras, tocan sus instrumentos, tocan en vivo, ensayan, componen, generan un lugar distinto y mejor para todos desde su música. Es un puñal oxidado clavado cerca de un omóplato ver formaciones bien remuneradas haciendo imitaciones de otros artistas. Es una pena que la producción local este bajo una alfombra. Hay que ver quien maneja la escoba y quien levanta la alfombra, y porque, y para qué.

Fue muy extraño ver grandes artistas del rock local sin espacio en el escenario. Algunos pioneros, otros grandes compositores y otros verdaderos clasicos de la movida. Tambien fue extraño ver como algunos musicos subieron mas de una vez a tocar con diferentes bandas.

El primer gran pico de atracción sobre el escenario fue la aparición de los representantes del Rap y el Hip Hop que desplegaron sus rimas bajo un soundsystem que fue el nivel máximo de buen sonido. La única buena del sonidista. El momento en el que el sorprendido publico abrió sus puertas a las historias de los raperos para despedirlos con aplausos generalizados.


Los Feligreses:

Merodear por la avenida 1° de Agosto durante el Lunas y por muchas horas deja algo para destacar. El rock yunga también gregariza. Forma tribus según los sub rubros. Los rollingas, los metaleros, los punks, los hardcores, los raperos, los rockeros caretas, los rockeros a secas, los viejos rockeros, las chicas rockeras, los agresivos, los fiesteros, los amigueros y los antipáticos. Todos estaban ahí y a pesar de las grandes ausencias nadie quiso dejar de ver con sus propios ojos lo que estaba sucediendo en un improvisado escenario de rock para muchos. Además, se sumó la familia de las yungas a colaborar y solidarizarse con los afectados de los aludes quebradeños. Los puestos de comida, de bebidas, de cotillón carnavalero para los niños, los niños corriendo por todos lados, los grandes con sus reposeras, los jóvenes dando vueltas sin parar, la gente tomando mates, la gente tomando cerveza, la gente tomando vino, la gente fumando. En ese sentido el lugar elegido para montar el escenario fue un acierto. Todo eso enumerado no hubiera sido posible en la plaza central, por ejemplo. Además el viento que corre por esa avenida es un alivio durante estos calores de enero. Nada que envidiar a una convocatoria de cualquier otro evento musical que no sea rock. Nada que decir de malo sobre el rock a partir de este suceso.

La primera gran ovación tangible llegó con Alma Verde. El metal calentó la sangre de un público un poco escondido pero no por eso silencioso. Las remeras negras dejaron más que claro que una canción más de la banda no podía esperar. Lo cierto es que no consiguieron extender sus 20 minutos sobre el escenario. Imperaba el ingreso de la penúltima banda de las casi 15 que subieron desde las 20.30 hs

El gran cierre cayó en manos de los chicos de Actitud Sospechosa. A esa altura de la noche el sonidista ya le había encontrado la vuelta al asunto y todos pudieron asentir con la cabeza que por fin algo estaba sonando casi bien. Gran repertorio hardcore punk que dio el primer y último gran pogo de la noche. La danza del rock que todos esperábamos, la danza de la que todos deberíamos haber participado. Porque somos rock, porque el pogo está en nuestra sangre, porque sonaron nuestras bandas locales y sus canciones. Nada mal para ser el primer pogo de un Lunas de Ledesma Rock, Rap y Hip Hop 2017.

 

El lado oscuro de la luna:

Producir un evento musical (ondas sonoras que alcanzan los oídos de los receptores) implica hablar de sonido. Lo más importante si de música se trata. Entonces no podemos aceptar semejante mala praxis en cuestiones de sonido. Consolas más ejecutadas, líneas con fichas defectuosas o generadoras de malos contactos, acoples constantes. En ese sentido el escenario fue blanco de críticas desde el público y desde los mismos músicos. Si quedó claro que a lo largo del line up, los balances, los volúmenes y todos los otros errores fueron decantando hasta dar un sonido algo más aceptable. Pero recién para las últimas 5 bandas. Las demás; lo siento mucho, sigan participando. A esta enorme incapacidad se le agrega que cada formación llevaba su propio equipo de sonido para que amplifique el escenario. Entonces los amplis fueron al menos 4 por banda en total, las líneas venían casi con cada instrumento nuevo que subía al escenario. Este desorden o falta de organización también suma a la defectuosa sonoridad. Chimichangas por ejemplo, sonaban con lo que tenían. Nadie les prestó una buena línea, o un mejor ampli, o un mejor micrófono, o un afinador para la guitarra. En ese sentido los músicos demostraron haber sido un poco mezquinos por no conocerse mucho entre ellos o no haberse encontrado antes del show para coordinar prestarse o alquilarse los equipos. Eso demuestra que las pruebas de sonido jamás existieron y así volvemos al principio y vemos sacar pecho a la organización por haber generado un evento musical con sonido despreciable o algo así como una proyección cinematográfica para no videntes.

Sobre todas las disputas que dieron ebullición a la previa del festival, algunos músicos se expresaron durante sus correspondientes 20 minutos. Unos agradecieron a la municipalidad por la invitación. ¿Invitación? No habían invitaciones, las bandas tenían que  inscribirse para después quedar o no en la lista final. Otros expresaron además del mismo agradecimiento otro muy bizarro hacia el personal de seguridad. ¿El Rock le agradece a la policía? Otros no dijeron nada más que gracias al público presente luego de haber aprovechado su tiempo cronometrado. Agradecer en este caso es para pocas bandas. No hay motivo para darle gracias a un municipio que solo ha conseguido poner palos en la rueda de la movida cultural rockera local. La carga de impedimentos que le proponen a la autogestión del rock y que pretenden solucionar con una sola fecha para todos juntos no justifica un agradecimiento. Este punto es la causa de algunas de las ausencias destacadas. Varios músicos presentes como publico sabían muy bien qué tipo de hilos entretejen estas lunas y de ahí su no participación. Entonces este festival no es integrador sino más bien “amontonador”. Amontonaron todas las bandas que pudieron en una noche con sonido del muy malo.

Las primeras bandas que no pudieron tocar para toda la gente que se fue sumando, bien podrían haber subido después de la última. Actitud Sospechosa cerró la noche a las 4.30am. Quedaban 90 minutos antes que asome el febo. "Tenía que durar hasta el amanecer. Pasa en los festivales de folclore. No sé porque cortan tan temprano y nos dejan al palo. Yo me vine preparada con los lentes de sol para cuando amanezca", decía la Negra Dani, la morocha del rock que todos conocen. Y cuanta razón lpmqlp.

 

El Zafrómetro:

 

Amor y Paz:                                   100%

Remeras negras:                           60%

Imitadores de Mariano Closs:    2 .Arriba del escenario

Alcoholemia:                                 (+)    

Antidoping:                                   (+)                        

Nivel de pogo:                                8%. Al final del show.

Frases desafortunadas desde el escenario:

  • Queremos agradecer a la policía.

  • Primera vez que hacemos un festival con este tipo de música

  • Gracias a la municipalidad por esta oportunidad

Frases hacia el escenario:

  • Bajate del escenario de una vez Rojas ladrón!

  • Que feo que suena!

  • Esa remera no es tuya! (a uno de los animadores)

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